Restauración en América Latina: CIFOR brinda aportes para estrategias de restauración en Colombia

Las acciones para la restauración ecológica que los países de América y Latina y el Caribe se han trazado para el 2020 ya se encuentran en marcha y en ese contexto, el gobierno colombiano, a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, con el apoyo de organizaciones como WRICIAT, CATIE, UICN, Bioversity International y el Instituto Alexander von Humboldt, organizaron el Primer Taller Sudamericano sobre Prácticas de Restauración y Técnicas de Monitoreo, desarrollado en la ciudad de Bogotá, Colombia y que contó con la participación del científico principal de CIFOR Manuel Guariguata, experto en restauración y manejo forestal.

Se estima que al menos 200 millones de hectáreas de tierras en América Latina y el Caribe se encuentran degradadas. Esto se traduce en pérdidas sustanciales de la capa superficial del suelo, del contenido de carbono y nutrientes, de la vegetación, de los recursos hídricos y, por lo tanto, de la biodiversidad y la capacidad productiva de la tierra.

Pero restaurar implica más que sólo plantar árboles, según explica Guariguata, quien considera que el éxito de las iniciativas en la región dependerá de un compromiso a largo plazo por parte de todos los niveles de gobierno y otros involucrados como propietarios, empresas e investigadores, además de la adopción de enfoques integrales de gestión.

“El éxito de las iniciativas de restauración de bosques dependen de una buena base técnica pero además hay que considerar aspectos de gobernanza”, afirma Guariguata quien es coeditor de una serie de estudios publicados en un número especial de la revista Forests bajo el título Governing Forest Restoration: Social, Environmental and Institutional Dimensions (La gobernanza en la restauración forestal: dimensiones sociales, ambientales e institucionales).

En ese contexto, el taller gestado en Colombia ha reunido actores clave en la búsqueda de acuerdos y estrategias hacia la meta de restaurar miles de hectáreas a nivel nacional, según explica el Dr. Wilson Ramírez, coordinador del programa de restauración ecológica del Instituto Humboldt de Colombia.

“Este taller ha conseguido reunir a los ministerios de Agricultura y Ambiente de Colombia tras de un mismo objetivo. Esto demuestra que la preocupación detrás de la degradación de tierras y su restauración es cada vez creciente en el país. Además se ha conseguido conformar la mesa nacional para la restauración que coordinará los recursos y esfuerzos para lograr la meta del millón de hectáreas restauradas a las que se ha comprometido el país”.

Las acciones de Colombia se enmarcan en la meta de la llamada iniciativa 20×20, que fuera lanzada en diciembre pasado durante el Global Landscapes Forum en Lima en el marco de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP21) y bajo la cual ocho países de América Latina y el Caribe se han comprometido a apoyar actividades de restauración, contando con un financiamiento de USD 380 millones.

Otro logro del taller, según añade Guariguata es que ha evidenciado la necesidad de insertar el monitoreo como un elemento esencial para el diseño de proyectos de restauración en la región, empezando por Colombia.

“Un aspecto al que a veces no se le da la importancia que merece en actividades de restauración es el monitoreo, el cual se define como una evaluación planeada, sistemática y periódica para entender cómo una actividad evoluciona de acuerdo a los objetivos planteados y tomar acciones correctivas si es necesario”, explica.

Esto ya había sido confirmado un estudio realizado por CIFOR denominado La restauración ecológica en Colombia: tendencias, necesidades y oportunidades, que reveló que en más de cien proyectos de restauración examinados en aquel país, el monitoreo jugó un papel marginal en la planificación y ejecución de los mismos; especialmente el monitoreo participativo o aquél llevado a cabo en conjunto con comunidades locales.

Wilson Ramírez concuerda al respecto: “el monitoreo a los proyectos de restauración en Colombia y Latinoamérica ha sido escaso, y aún hay mucha dispersión sobre lo que se entiende como un indicador adecuado del éxito de la restauración, siendo el indicador más generalizado el número de plantas sembradas. Por lo tanto aún es dificil demostrar que la restauración ha sido efectiva a diversas escalas y componentes. Actualmente en Colombia se ésta adelantando la publicación de una estategia general de monitoreo a proyectos de restauración, que se espera que sea un documento complementario al Plan Nacional de Restauración. Sin embargo, se requiere mucho trabajo adicional si queremos lograr la meta 20×20”.

Las lecciones de Colombia servirán para réplicas en la región orientadas al éxito de las iniciativas para recuperar las tierras de América Latina y el Caribe en cumplimiento de la iniciativa 20×20 y el Desafío de Bonn.