Carta abierta: Colocar a los bosques en la agenda mundial es una necesidad urgente

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Carta abierta

De Marc Palahí (Director EFI), Robert Nasi (Director General de CIFOR) y Tony Simons (Director General de ICRAF)
A los Jefes de Estado sobre la necesidad de una Cumbre Forestal de la Tierra


Colocar a los bosques en la agenda mundial es una necesidad urgente

El cambio climático ha alcanzado un punto de inflexión, convirtiéndose en una crisis que está teniendo un efecto dominó en muchos de los bosques de nuestro planeta. En este contexto, es crucial que los líderes mundiales se reúnan y celebren una Cumbre Forestal de la Tierra.

Necesitamos discutir el futuro de nuestros bosques y lograr acuerdos para su gobernanza y acciones en beneficio de las personas y de nuestro planeta. Los beneficios de nuestros bosques trascienden las fronteras nacionales, y nuestras estrategias y acciones también deberían trascenderlas.


Cruciales para el clima
Es como un irónico retroceso de la evolución considerar que cuando los árboles emergieron por primera vez hace 380 millones de años el mundo estaba 10°C más caliente y las concentraciones de CO2 eran 10 veces mayores que las actuales. Los bosques hicieron nuestro planeta más habitable, y su destrucción lo hará claramente inhabitable para los seres humanos y para muchas otras formas de vida en la Tierra.

El Informe Especial del IPCC sobre el Cambio Climático y la Tierra, publicado en agosto de 2019, presentó un mensaje claro:

«La reducción de la deforestación y de la degradación de los bosques reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que el manejo sostenible de los bosques puede mantener o aumentar las reservas forestales de carbono, y puede mantener los sumideros forestales de carbono, incluso mediante la transferencia de carbono a los productos maderables. Estos sumideros pueden almacenar carbono a largo plazo y reemplazar los materiales con alto contenido de emisiones, reduciendo emisiones».

Los bosques cubren más del 30 % de la superficie terrestre mundial libre de hielo y son una parte fundamental de la solución al cambio climático. Sin embargo, también se ven afectados de una manera sin precedentes por el propio cambio climático. Los incendios forestales han alcanzado nuevos niveles de intensidad, al tiempo que se han vuelto comunes en países en los que antes no eran un problema. Han aparecido además nuevas plagas y enfermedades que afectan a nuestros bosques y las sequías de larga duración también está llevando a muchos de nuestros bosques a sus límites o a la muerte.

Claves para un futuro sostenible
Los bosques del mundo son el mayor sumidero de carbono terrestre que tenemos. También son la principal fuente terrestre de lluvias y biodiversidad y, por lo tanto, son fundamentales para mantener la vida en el planeta. Además, los bosques son la mayor fuente de recursos biológicos renovables no destinados a la alimentación humana y animal. Estos son recursos clave que pueden ayudar a transformar nuestra actual economía basada en los combustibles fósiles en una bioeconomía sostenible, acelerando la descarbonización a gran escala.

La lucha contra la deforestación y la degradación de los bosques, el apoyo a la adaptación de los bosques al cambio climático y a las perturbaciones naturales, y la creación de nuevos bosques, junto a su manejo sostenible son fundamentales para avanzar hacia un planeta con un clima neutro y un futuro sustentable.

¿Qué medidas son necesarias?
El primer paso es reconocer que los bosques son nuestro capital natural terrestre más importante y que están excesivamente subvalorados y subestimados. En segundo lugar, es vital establecer un entendimiento basado en la ciencia sobre el estado de los bosques del mundo, incluidas las amenazas y las oportunidades que ofrecen para la transición de una economía fósil a una bioeconomía circular. En tercer lugar, nuestros bosques requieren ser gestionados bajo un enfoque holístico y a largo plazo que integre la mitigación y adaptación al cambio climático, la biodiversidad y su papel en la reducción de las emisiones de carbono de nuestra economía. Este enfoque exige que superemos el viejo debate miope y polarizado entre conservación y producción. La biodiversidad y la bioeconomía son las dos caras de una misma moneda: la del desarrollo sostenible.