La industria del aceite de palma lleva décadas bajo la atenta mirada de la sociedad civil internacional. Desde los años 90, varias ONGs han puesto de relieve el alto impacto medioambiental de este sector que, según WWF, arrasa 300 campos de fútbol cada hora tan sólo en Indonesia para plantar palma. "La industria del aceite de palma no hubiera sido posible sin el trabajo de los migrantes. De hecho, ha sido la industria del aceite de palma la que ha promovido el flujo de inmigrantes [en Indonesia y Malasia]", dice Pablo Pacheco, científico del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR en sus siglas en inglés).