En los últimos 40 años, varios países han adoptado diferentes modelos de Manejo Forestal Comunitario (MFC, en adelante) con el objetivo de mejorar el estado de los bosques y los medios de vida de las comunidades locales y los pequeños propietarios en tierras forestales. Estos modelos han sido implementados bajo diferentes formas de colaboración (van Noordwiik et al. 2021). Aunque se han reportado críticas y desaciertos en algunos países, el MFC sigue siendo un potente vehículo para proteger y mejorar la gestión de los recursos naturales y generar capital social, humano y financiero.